jueves, 5 de marzo de 2009

JESÚS ATENDÍA LA ORACIÓN Y EL AYUNO PORQUE ERAN IMPORTANTES


¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor, cuando te abandones en mí todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimientos de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con calma. Jesús, yo confío en ti.
Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas.
Déjame ser Dios y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos el futuro. Dime frecuentemente:
Jesús, yo confío en ti
Lo que más daño hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices:
Jesús, yo confío en ti
No seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos, no tengas miedo,
YO TE AMO
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía.

Continua diciéndome a toda hora:
Jesús, yo confío en ti
Necesito las manos libres para obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles, Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte, quitarte la pas.
Confía solo en MI
Abandonándote en MI,. Así que no te preocupes, hecha en MI todas tus angustias y duerme tranquilamente. Dime siempre:
Jesús, yo confío en ti
Y veras grandes milagros. Te lo prometo por mi amor.

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces” Jer 33:3

PERSEVERÁ EN LA ORACIÓN SIEMPRE

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