martes, 24 de febrero de 2009

LA NIÑA DE TUS OJOS

EL SALMO DE LA TELEVISIÓN


La televisión es mi pastor, nada me faltara.

En delicados sillones me hace descansar.

Me desvía de la fé; destruye mi alma.

Me guía por sendas de sexo y violencia,

por amor al patrocinador.

Aunque camine en el valle de las sombras

de mis responsabilidades cristianas,

no temeré interrupción alguna

porque la televisión está conmigo.


Sus colores y su control remoto,

me infundirán aliento.


Aderezará comerciales delante de mí,

en presencia de mi mundanidad.

Ungirá mi cabeza con humanismo

y consumismo.


Sí, mi codicia está rebosando y

ciertamente, la flojera y la ignorancia

me seguirá todos los días de mi vida y

en mi casa, Mirando televisión,

moraré por largos días.


¡DESPIERTA JOVEN!